16 may 2008

Oda al Permiso de Salida.

Ya a estas alturas muchos hablan de la posible eliminación del Permiso de salida en cuba, muy bueno seria eh!!!, pero hay que recordar que, como siempre ha pasado en los últimos años, lo que nos quitan por un lado no los cobran por el otro. Esa, es la verdadera cuba, una isla donde no hay quien se libre de pasar por el desagradable momento de: ¿y tú a donde dices que vas? Pues para ello, el gobierno, cuenta con este “ultra-famoso” tramite que es en si, uno de los elementos primordiales de su aparato represivo y que, se le adjunta además, tenerle que pagar una suma “escalofriante” para mas tarde, y con el derecho que Dios les ha concedido, “otorgarnos” entonces el añorado beneplácito: un pase valido por un mes que puedes ir extendiendo hasta 11 si les pagas sus aranceles, esto, con el sentido del humor del cubano vendría a ser una versión moderna de: Si quieres chocolate paga lo que debes. Claro está, que si te pasas de estos 11 meses en el extranjero, por arte, de no se que magia, te conviertes de visitante en desertor y no puedes regresar a la isla. Lo amargo de ese trago es que no todos están dispuestos, por las razones que sean, a quedarse “afuera” ¡!que ironía eh!, Pero igual ese limitado derecho de regresar también te lo quitan si, por esas cosas de la vida, no pagaste la “mensualidad” estipulada a la embajada cubana por cada mes que estuviste “afuera” (los famosos 11 meses), y esto no es todo, ahora, como para “ponerle la tapa al pomo” por no se que maleficio de la naturaleza, te puedes encontrar un “compañero agente”, persona que ocupa cualquier cargo inventado que se paga y vive de todas estas “puñaladas” monetarias, plantado en la fila de chequeo de cubana de aviación revisando tu pasaporte (bien aventurados los que vuelan en otra línea), ese es, el “compañero” que cuando ve que no tienes el cuño que avala tu pago, con tremenda tranquilidad te dice: usted no puede volar a cuba y san se acabó. Así, son los diezmos y malos ratos que, absolutamente todos, le debemos a ese gobierno por su “humilde generosidad socialista” de haberte dado a ti, un ser sin derechos, la “gloriosa oportunidad” de experimentar los pesares de una sociedad que no es justa (hablamos del capitalismo eh!!), pero que, indiscutiblemente, es quién mantiene a punto esa maquinaria que exprime a los cubanos que viven en otros países y, o aquellos pepes (extranjeros) que chocaron con “el Amor y otros Demonios” allá en la isla.Valdría preguntarse: ¿será capaz ese gobierno de renunciar a todo ese dinero, o solo nos están cambiando la cantidad y el nombre por lo que pagamos?Cuba, es esa clase de país donde sus ciudadanos necesitan dos cartas de invitación para un mismo trámite, una para el Permiso de Salida y otra para el consulado del país a visitar. Carta de invitación que tenemos que legalizar a través de una embajada cubana, pagando también una suma por ello. Entonces, ¡si quitan el permiso de salida ya no hace falta la carta de invitación ni su legalización! ¿Verdad? ¿Van a renunciar ellos a este dinero también?¿Va a dejar salir cuba libremente y sin sospecha a cualquier ciudadano que desee visitar otro país?¿Va a dejar salir ese gobierno a todas aquellas personas que tienen la marca maldita de “comprados por el imperio” y que son victimas de la manipulación y la vigilancia?, ya hay señales de que cualquier nueva derogación sobre este tema no será general, el ejemplo: los médicos, esos eternos condenados a pagar por la profesión que escogieron. De más está, la respuesta a todo lo anterior es: NO, no creamos entonces ni por un instante que van ellos a renunciar a que su tropicalizada versión del realismo socialista pierda su razón de ser. ¡Ojalá y me equivocara, ojalá! ¿Por que hay tanta confianza entonces en que un gobierno, tan entregado a controlar la vida de sus ciudadanos, elimine tan fácil lo que tantos años ha demorado en ajustar?, ¿Bajo que condiciones lo harían? y, De donde nos van a sacar entonces esos dólares que tanto necesitan para mantener el sistema. Ellos, no saben vivir sin esos dólares y por eso mismo, no les conviene que dejemos de ser cubanos, por ello es que tenemos que usar, pagar y prorrogar cada dos años - aunque es valido por 8 - un pasaporte cubano para entrar a la isla que de hecho, es para lo único que sirve a aquellos que ya residen en otros países, porque ni enseñarlo en otras aduanas del mundo con ese estigma maldito de “quedados” que cargamos todos, gracias a todos estos años de necesidades, para ese momento, comete tu orgullo cubano que de la isla solo sales si te lo ganas y solo entras si pagas pues, muchas medidas migratorias conectadas entre si tiene esa isla paradisíaca y no hay posibilidad alguna que ellos quiten una sola que les invalide las otras. Pensemos por un momento que quitan el famoso permiso……. ¿Dejarían salir a todos los que ya poseen visas para otros países y que están condenados a la eterna espera o, a Yoani Sánchez (caso más reciente), creadora del blog generación Y a recoger el premio que se le ha otorgado en España? No, nadie mejor que ellos sabe del dolor que significa vivir a diario el doble suplicio de la obligación y la espera en una isla que ellos han convertido en cárcel virtual, ese es el mejor castigo que el gobierno cubano tiene para sus detractores, mantenerlos allá enyugados, cobrándoles de por vida lo que supuestamente ese país ha hecho por todos y colateralmente a este discurso poder disfrutar el poder que ejercen sobre una nación en decir si te vas o te quedas.Esa, la libertad enmarañada y emparchada, es de la que “disfrutan” hoy los cubanos, esa, la que nadie quiere pero que nos llegó por carambola mientras esa otra, la libertad verdadera que no confunde ni desilusiona, como decía un bodeguero en alguna esquina,: “de esa hay, pero no nos toca”.
A.Valdés

8 may 2008

Libreta de abastece-y-miento.


Pieza fundamental e imprescindible de la sociedad socialista del Caribe.
La historia mundial guarda para su estudio, indiscutibles piezas del desarrollo de la humanidad como los papiros de Egipto, la declaración de las trece colonias americanas o aquellos documentos de la revolución francesa, pero desgraciadamente todavía no hay nada en ella sobre este pequeñísimo artefacto nuestro que, como dice en su portada, no es documento oficial de identificación, pero que pasará a nuestros descendientes como uno de los que, en contra de su designio, identifica a varias generaciones de criollos además de ser, la pieza clave para institucionalizar el “mercado negro” en la isla. Personalmente no creo que cuba se debería analizar, como todos hacemos, en antes o después del 59 poniéndole punto de partida o retroceso a muchas de nuestras carencias, en lugar, deberíamos hacerlo en antes y después de la libreta de abastecimiento o libreta de la bodega, como se le conoce popularmente pues este inevitable “encuadernado”, es una de las piedras angulares de la construcción de un socialismo que repartiría lo poco, que ya nos quedaba, entre todos por partes iguales y que gracias también, a esas compartidas carencias, convertiría a los que tenían algo mas que lo que nos daban por la “libreta” en “afortunados” y a los que podían vivir sin ella como “salvados” mientras otros muchos, la mayoría, se tenia que aferrar y estirar lo mas posible una racionalización que seguimos viviendo hasta estos días.
Entonces, el aclamado socialismo no eliminó nuestras diferencias, solo les cambió la causa y el nombre para tener mas tarde que lidiar con lo su propio engendro, una subclase tan golpeada como necesaria: “el merolico”, palabra que quedó en el subconsciente comunicativo cubano después de aquel ultra-terrible novelón mexicano Gotita de Gente, y que puede ser lo mismo el bodeguero o el que despacha en la farmacia, el vendedor de helados y hasta aquel cuidador de piscina que vende el cloro por “debajo”. Esta es sin dudas, en un país que se demolió en hacernos iguales por lo que comíamos o vestíamos, la subclase social que mas a perdurado, la mas fuerte, la que mas personas reúne, ¿y gracias a quien? Gracias al sesudo que en un momento tan idealista como trascendental dio la orden de crear la libreta de abastecimiento.
A. Valdés

3 may 2008

Los Elegidos

En mi época de estudiante no sé de qué manera aterrizó en mis manos el libro “El maestro y Margarita”, novela del escritor Mijaíl Bulgákov (un novelón bolo, como diría un amigo mío) y de verdad que tampoco sé como en medio de toda aquella vorágine socialista que vivíamos le puse tanto ahínco a esa lectura.A lo mejor es que, con aquel librito viejo de quincuagésima mano, salieron a flote, desde mi subconsciente, aquellas imágenes escondidas del abuelo escuchando la voz de los Estados Unidos de América mientras abuela asistía a la reunión del CDR, o escuchar a mi papá al amanecer rastreando Radio Mambí en su radio VEF con mi madre pidiéndole que bajara el volumen; a lo mejor, fue el famoso librito unido a tener, cada cierto tiempo, una casa vacía en el barrio después de haberle tirado huevos a los gusanos que decidían, en contra de toda una ideología, abandonar el país o a lo mejor fue el no poderme poner un pulóver traído del yuma (Estados Unidos) con el slogan de “Heno de Pravia”, también pudo haber sido el calor, o solo, puede ser, fui yo, un elegido, para tener en mis manos un libro por años tan escondidamente subversivo y mutilado lo que me lo hacia inevitable, como se me hacia inevitable encontrarle un sentido a la “obligación y el compromiso” con el ese país que nos soportaba.Con el libro en mis manos, interesante por partida doble pues ya habían retirado toda la prensa que oliera a Perestroika de los estanquillos, empezaba a reconocer, aunque me doliera, que no por el hecho de estar escrito en la década del 30, en un país tan lejos física y espiritualmente para nosotros, plasmaba una realidad inevitable, casi idéntica, que nos tocaba a todos en la isla ¿tendría que esperar el mismo tiempo para ver algún cambio en cuba? Me preguntaba. Creo que debido a todas aquellas preguntas que me hacia me aprendí casi de memoria párrafos y citas que repetía entre los amigos para ganarme puntos o impresionar entre los círculos más circunspectos de la elite universitaria, para ese entonces, podría ya decir que a lo mejor mi interés fue solo el libro y su personaje de “Voland”, o, a lo mejor fue la unión de todas aquellas historias del libro con la música que para entonces nos florecía, junto a la farándula, las descargas del museo de 13 y 8, el teatro mas loco, el pelo largo y la policía encima nuestra, pero a lo mejor no, a lo mejor fue solo mi yo que en el entre tanto buscar y buscar, como tantos otros de mi generación, terminaba entendiendo que, inevitablemente mi país, se había dividido sin cura posible como habían dividido también mi alma con la retórica de los que están fuera o están dentro o de los que tenían la posibilidad y los que ni la pensaban, un dúo ( país y alma) divididos por siempre en la simpleza de tomar un bando “los que estaban con el o en su contra”,un país que se derrumbaba dándole al alma demasiadas costas.Entonces todas ellas: la división, las costas o los que se quedan, son de las cosas que mas han “machacado” a los cubanos por tanto tiempo, como lo es el reconocer que muchos fuimos parte de esa división y que inevitablemente cooperamos con ella aunque muy apagados no entendiéramos o compartiéramos los que sucedía, alguien me había preguntado ¿pero no se daban cuenta? ¿Por qué no se oponían?¡Como oponerse, en aquel entonces, a ser uno de los elegidos!, como no ser el mas destacado en la escuela siendo “recomendado” (palabra que definía el mas afín con la causa) o en el centro laboral, para ser aplaudido en las asambleas del “sindicato”, como imaginar oponerse a recibir un estimulo por los “meritos” obtenidos o como oponerse en frente de todos a ser el representante de una multitud ferviente en las “asambleas” del barrio!! Claro está, todos sabían que ser “el elegido” tenia sus consecuencias dolorosas y sus discrepancias, pero no había tiempo para esas pequeñeces, ya habíamos nacido en un momento donde perpetuar al hombre nuevo era lírica, de que manera oponerse entonces cuando, desde hacia mucho, nos habían cambiado los dioses embutiéndonos los himnos y las frases; para bien o para mal no había como evitar todo ello pues crecíamos en un país que inevitablemente amamos mas que otros, pero que por desgracia, con los años, muchos (como yo) nos habíamos dividido tanto en la incertidumbre que abandonábamos el país como abandonamos (antes de empezar) el intento de cambiarnos nosotros por dentro, renunciando también, a que con este abandono romperíamos aun mas nuestras esperanzas.Hoy ya estoy muy lejos, pero no me arrepiento de haberme “fugado” del juego, me ganaron la “pelea”, me hicieron pensar que ya nada cambiaba, que éramos nosotros los equivocados y opté por olvidarme de mis sueños para encontrar unos nuevos mientras otros isleños continúan el juego de la subsistencia, ese es el daño de la división: “yo acá y tú allá, yo digo pero tu no oyes, yo escribo y tu lees otras cosas”, ese es el país que tenemos desde hace mucho, un país en el que el supuesto ideal de los elegidos dañó lo mas sincero con un odio que nace entre en las casas y muere entre los países, un daño profundo, escondido como el que leí alguna vez entre líneas en “el maestro y margarita”, el mismo sigilo que te recome la cabeza en pensar si “el sistema tiene arreglo” cuando de hecho sabemos que no, todos los sistemas son iguales, como lo son también las religiones o los amores, su diferencia está en los hombres, los “elegidos” que quitan, prohíben y confunden para convertir el odio en nombre y apellido que aplaude y consiente el juego y son los mismos, que al final se lamentan, de no ser mas elegidos cuando los reemplazan por otros nombres y apellidos que si responden al llamado, ese es el sistema en que nacimos, el país nos creció para luego empujarnos a definirnos como se define el bien y el mal, la inocencia y la culpa, el valor y la cobardía, “país” que nos empujaba a definirnos entre quedarnos “dentro”sin razón o escaparnos ( los que pueden) de todo lo “bueno” que nos esperaba, para cuando escapes tildarte de: el mal, culpable y cobarde y al mismo tiempo convertirte en el que está “afuera” para muchos, el que se escapó a tiempo y ser uno de los elegidos, por sabe dios quien, en cumplir los anhelos de unos cuantos cuando en verdad aquí, solo somos los no-elegidos que, como tantos otros, se debaten cada día en curar muy dentro de si las divisiones morales o sentimentales, como tratamos también de curar un país , curar una nación, como también nos gustaría cambiar un día “el momento” que fue para no tener que vivir por siempre como aquel Maestro y su Margarita.
A Valdés