25 ago 2009

Encontrará Juanes la paz en cuba?

Hoy me ha dado por caminar el camino trillado ya por muchos y aun más por el exilio cubano en varios puntos de este mundo y como yo mismo, que caigo ahora en esto, me digo no sé a quien creerle menos: a los políticos o a aquellos artistas que como buenos políticos se ajustan a las “causas mas nobles”, lo que si creo en realidad es que el colombiano Juanes no tienes ni idea de lo que se le avecina, a lo mejor fuera, él, muy joven para que le importaran las revoluciones o la música salsa cuando se fue hasta cuba (en un acto artístico-solidario) el salsero Oscar de león (seguidor incurable de Benny Moré) invitado al festival de música de varadero y que más tarde a su regreso “al mundo real” recibió una estocada tan a fondo en su aceptación y ventas en la florida que le costó, entre pesares y remordimientos, una disculpa pública para tratar de remediarse con el público que pagaba su música cuando del lado cubano, como si no fuera suficiente, fue eliminado completamente, seguido a las declaraciones, de todas las emisoras radiales y sus únicos 2 canales de TV sin muchas explicaciones pues hay determinados “comentarios” que en la isla no se permiten.
Después de 27 años algo muy semejante se le viene encima a Juanes, habría que preguntarle entonces, sin odios, que pecado espera eximir con su visita a la isla o es solo el ganarse el lugar y las reverencias de los izquierdistas más irreverentes aunque no hablen castellano. ¿Confirmación de algo? este concierto no es por promoción, él no la necesita no obstante a ese dicharacho popular que reza: no importa si hablan bien o mal lo importante es que hablen y aunque el equipo de Juanes se plante aparentemente en que su concierto no tienes un fin político aquellos que manejan esta presentación en la isla ya lo deben haber hecho a su manera, o ¿quien es acaso quien brinda el permiso para las presentaciones en la isla? La institución cultural del gobierno cubano. ¿Quien decide en que escenario es “políticamente” más conveniente? El ministerio de cultura. ¿Quien maneja y decide el hospedaje, la alimentación, la transportación y las entrevistas del artista en cuba? El ministerio de cultura (política pura). Esto no es una gira de conciertos en el cual los promotores exigen y pagan un precio, las instituciones culturales de cuba no pagan un centavo a ningún artista que se presente en sus dominios, aquí todo está determinado y preparado a conveniencia, Esto es un acto que el gobierno de cuba a aceptado para entretener a sus ciudadanos por que moralmente les conviene al venderle la actuación como algo inédito y gratuito por lo que “se paga” mucho dinero en otras partes del mundo y Juanes, mientras tanto, les sigue la corriente, entonces?, si hay política. Para fundamentarlo me puedo remitir al primer concierto de rock por un grupo extranjero de renombre (del área capitalista y opresora) que se efectuó en la isla después de tantos años de marginación, La banda británica Manic Street Preachers decidió llegar en su gira mundial por cuba para terminar tocando en un recién remodelado teatro Karl Marx (lugar añorado por tantos artistas cubanos) cantándole al balsero elian y con una audiencia que debía estar afín con la causa. De 5000 espacios solo una limitada cantidad de invitaciones se repartieron para los seguidores y músicos del genero con la debida indicación de estar tranquilitos todo el tiempo, ¿el resto del teatro? repletado con escuelas pre-universitarias que a estas alturas no creo entiendan el por que los llevaban a ese lugar si a ellos los que les gustaba era la salsa, al final con la mas callada y tranquila audiencia de su vida la llegada al teatro de Fidel Castro en persona les robaba el protagonismo que podrían haber tenido en algún momento los artistas.
Habría que ver entonces donde el equipo de Juanes decidió, de acuerdo con las posibilidades, hacer su canturria a la paz y esperemos también que algún día nos enteremos a que paz se refiere el artista que al parecer no es la misma con la que los cubanos cada día tienen que lidiar con carencia, inseguridades y divisiones, es penoso ver como un artista se deja llevar por lo cree justo cuando él mismo no es capaz de aclararse con su propia tierra, será acaso esto del concierto un desafío a todo con lo que el artista pretende pedir la paz entre la cuba que el cree justa y el exilio cubano de estados unidos que el comparte día a día o es solo una deuda utópica consigo mismo que ahora con fama y dinero se ha propuesto resolver sin tocar la llaga.
Sin perder la óptica lo más importante en esta historia, para aquellos que supuestamente se hace el concierto, la idea no cumple más que un objetivo insípido. Allá, en el escenario (si es entrada libre), estarán todos lo que ha logrado conocer a Juanes en su trayectoria por que les gusta su música programada en el radio, los que lo han conocido por los videos que se alquilan con “programas de TV en Miami” o los que han recibido algún CD de sus familiares cubanos en cualquier otra parte de este mundo. Allá, estarán todos los que regresarán a sus casas, un poco más contentos, pero sin entender nada, Juanes por sus parte (¿ingenuo?) pensará que ha resuelto la falta de paz de cuba con el mundo o de los Cubanos con sus patria (paz que no pudo zanjar el papa) cuando en realidad va a tener que lidiar con todos aquellos que saben que la paz no se consigue haciéndole reverencias al que oprime, pero así y todo lo veremos dispuesto lanzando su Nuevo CD “Cuban-unplugged” y hasta un dvd de su histórica presentación algo de los que los cubanos “sin paz” de la isla no se enterarán hasta que alquilen un VHS con programas de la florida o hasta que algún familiar “en el extranjero” se lo envié, el mundo seguirá igual y hasta a muchos se les olvidara que Juanes estuvo en cuba pero la paz, la paz que Juanes quiere propagar con su música seguirá ausente de la isla por mucho mucho tiempo sin que la puedan cambiar dos horas de música inspirada en colombia o merengues del caribe.
A. Valdes

2 comentarios:

raúlciro (queso en la raspadura) dijo...

Ariel, brother, qué tal, cómo van esos chamas de las alturas y la Rita. Un abrazo para ellos, incluyéndote.
Hermano, quieres que te diga lo que pienso sobre este tema, de verdad que me importa poco, nada. Si tanto de habla de libertades y otras tantos espejismos, pues, aceptemos, como los eternos espectadores- actores, que hagan "ellos" lo que decidan, siempre habrá por ahí en el público alguien que aprenderá algo. A estas alturas la gente no es tan tonta como fue mi generación y otras. A la gran mayoría de nuestros compatriotas lo que le cuadra en es el eterno carnaval, la recholata..., en fin, tú crees que haya muchos seguidores de la paz, en el "plan al machete" nuestro de cada día, tropicolarizado. No, brother, se va a llenar el lugar donde toquen, y la paz la dosificarán en pipas, en pergas... De verdad que meda igual. Hace unos años, recuerdo que unos amigos y yo, alquilamos la sala pequeña del monumento a Martí en la Plaza de la Revolución. Sólo queríamos tocar en ese lugar "con tan buenas condiciones". Así lo hicimos, pagamos creo que trescientos pesos y organizamos un "Queso en la raspadura". Claro, así no lo llamamos imagínate. Fue una experiencia muy negativa, no había monitores de referencia..., pasamos un trabajo tremendo para todo. En las muestras de audio y vídeo del concierto, que grabamos con una cámara de seguridad que había allí, se puede apreciar que cada vez que cantamos Abel y yo, como que la señal se interfiere, puede que sea paranoia, sí, pero así fue. Ahora mismo me pregunto cómo fue que permitieron que llegáramos allí, es posible que me inventara algo con el instituto de la música..., y superávit, no sé. Para colmo sólo fueron unas seis… personas y de ellas había unos que parecía que les habían mandado a jodernos, no sé por qué... No paraban de decirnos cosas; ya sabes que soy un tipo tranquilo, pero aquello me sacó de paso, casi me lanzo.
Curiosamente al terminar, fíjate en qué país loco hemos crecido, cuando nos marchábamos Abelito y yo en un carro con los instrumentos, recuerdo que al pasar por la posta de la Plaza de la Revolución, broer, le ofrecí un pedazo de cake al soldado que allí estaba, y asere, lo aceptó, se lo comió. Por supuesto que le cayó bien, no había malas intenciones...
El otro día que pude salvar estas imágenes, uno de los implicados, increíblemente me ha pedido que no ponga imágenes suyas, ya que le deprime mucho esa etapa... Yo recuerdo haber tocado allí y no precisamente buscando nada, menos la paz, sólo la música. Ahora, horas antes del concierto pudimos subir a la torre, a la raspadura y allí hay unas vistas impresionantes, además unas auras tiñosas siempre rondando. Cada punta de la estrella que forma el monumento, en su interior, da a un punto cardinal. Yo me senté en cada una de ellas muy conscientemente, y al salir, bajando en un ascensor, pinté en el libro de visitas un globo aerostático, el, mi Villa de Paris. Se puede pedir más, sí, yo no hallé la paz, menos la rentabilidad, y el éxito, pero sí hice lo que quise y estoy vivo para contarlo.
Un abrazo, brother, puede que un día nos riamos de todo esto.

Anónimo dijo...
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