9 nov 2008

La primera placa a Heredia, la pasión de unos y la irreverencia de otros.


Publicado en el periódico semanal El Correo Canadiense de Toronto en noviembre 17-2008

-Continuación del comentario: Heredia, el Niágara, una placa y un poema

-La supuesta incertidumbre ha dejado de martillar gracias a la Internet, ¡quien lo diría!
La verdadera y primera placa a José María Heredia en Niágara fue develada por un grupo de Scouts cubanos en 1955 a raíz del 8vo encuentro o Jamboree (nombre que se le da en el medio) que se realizaba en Niágara on the Lake, y se develó como sentido homenaje al cubano poeta, patriota y exiliado que cantó al Niágara, la misma placa que, años después (finales de los 80’s), fue desmontada del lugar (por razones aun inexplicables) y sustituida por otra completamente diferente. ¿Los supuestos motivos? El aparente deterioro que empezaba a mostrar después de 30 años. ¿La verdad? Nadie lo sabe pues la actual, con menos de 20 años, también muestra signos de deterioro y no creo que sea posible substituirla, ¿no se le ocurrió acaso a esos genios del embozo que la placa se podría restaurar?, Lo mejor de todo es que ni la comisión de parques del Niágara (eficiente y organizada institución canadiense) tiene idea de lo sucedido. Ya es tarde y a nadie, excepto a los seguidores o fundadores de los Scouts en cuba le importa lo ocurrido y, no nos extrañemos, el verdadero interés en el deterioro no era otro que el de deponer la primera y deshacer un pedazo de la memoria histórica cubana que a alguien (sea quien sea el sesudo) no le gustaba donde estaba puesta. Nadie se asuste además si, algún día, llegamos a enterarnos que se usó el bronce de la primera para fundir la segunda, ¿Podría alguien demostrarnos lo contrario?
Hasta nuestros días esta ha sido una practica muy usada cuando la “herejía” no concuerda con la ideología, con la primera placa se borró la única huella física (sinceramente a mi me ha tomado mas de 30 años enterarme de ellos y disculpen ellos mi ignorancia) que palpitaba en el extranjero de los Scouts cubanos, se borró la palabra exilio y con ello la razón de Heredia en Canadá y los Estados Unidos, se le eliminó el homenaje sentido para incluir a Martí como eje central, y sobre todo, ya no habría posible vinculo al conocimiento, la conspiración o la masonería de criollos. Que más pedir entonces de esta maquinaria del reemplazo (y no dudo que con una explicación muy bien fundamentada) que nos deja solo un poema como si al pueblo de cuba le ofendiera su historia en cada respiro. Al final, un vacío inmenso me ha quedado. Ahí estaba parte de nuestro pasado, y como en muchos casos, desvirtuado por unos pocos que, escondidos detrás del manto de la “revolución” se creen con el derecho de cambiar, orientar o suprimir a su antojo. Por hoy solo me queda el poema de Heredia y la traducción de mi frustración en estas letras, la próxima pondré unas flores en la placa para que los turistas asiáticos me miren asombrados y con mi orgullo poder hacerles entender que siempre llevamos a cuba, ya sea como Heredia o los “borrados” Scouts, en ese pedazo de muro que sigue siendo nuestra alma, porque esa alma, ningún “enviado de la humanitaria patria” la podrá reemplazar jamás.

© A.Valdés Delgado. 2008

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